Además cabe resaltar que el magisterio de la Iglesia es infalible, desde el momento en que Jesús les concedió al colegio de los doce, dando por tanto la inefabilidad de los sucesores como lo es pedro y luego el obispo de roma, posteriormente pasando por los demás obispos.
Asimismo podemos afirmar que el magisterio no esta por encima de la palabra de DIOS, por el contrario, la palabra esta en gran sintonía para poder trasmitir la enseñanza que ella nos quiere dejar.